Mi Ser Interior, la Luz que Yo Soy, conoce perfectamente el Hogar del que todas y todos provenimos. Cuando ponemos atención con todos nuestros sentidos a cuanto nos rodea, entonces empezamos a abrir de nuevo el portal hacia lo Divino, hacia la Luz que es nuestro origen.
Para lograrlo necesitamos entrar en el mundo o el universo del silencio interior, de ese silencio sin interferencias externas o internas, de ese silencio que aquieta nuestra mente, nuestros pensamientos, nuestros sentidos y nuestro Ser. La amorosa naturaleza es de gran ayuda para lograrlo, para que recordemos de nuevo, cómo hacerlo. La suave caricia del viento en nuestro rostro; el aroma a hierbas, a flores, a pinos, a tierra; el suave y sutil correr de un arroyo, el trino de las aves o los diversos sonidos de los insectos. Todo eso representa portales que en muchas ocasiones nos pueden ayudar para ir entrando en contacto con nuestro Ser Interior.
Este es el silencio que nos permite escuchar los sonidos sutiles que dejamos de escuchar en algún momento de nuestra niñez. El latido de nuestros corazones, que se armoniza con todo cuanto nos rodea; de nuestra respiración que se sintoniza con los susurros del viento y del Universo entero.
¿Qué nos puede traer el silencio como regalos?, ¿qué nos gustaría escuchar y qué no nos gustaría escuchar de nuestra voz interior?, ¿de qué manera el silencio interior nos puede hermanar en Amor y Luz con todo cuanto ha sido creado?, ¿de qué maneras diversas puede el silencio interior ayudarnos a sanar y a liberarnos de todo aquello que ya no necesitamos o que nos estaba impidiendo evolucionar y reencontrarnos con el Ser de Luz que Somos?
Aquietarme y fluir, confluir con los latidos del Universo entero, armonizarme con todo cuanto me rodea independientemente de aquello que no se ajusta a mi forma de pensar y de creer que debe ser la vida, permitirme volver a escuchar la música de nuestra amada Tierra. Hay muchas maneras de hacerlo y ponerlo en práctica. Elige la que tú quieras y permítete fluir con la Vida misma.
Siempre has sido, eres y serás un Ser Muy Amado.
Namasté
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